Prácticamente todos los profesionales que tratan a pacientes con enfermedades como el cáncer mediante la alimentación (y otras técnicas diferentes a las utilizadas en los hospitales) retiran la carne roja de la dieta de sus pacientes. Junto con los lácteos, el azúcar y otros productos altamente procesados. ¿Porqué? porque estos alimentos son extremadamente acidificantes, es decir, promueven un entorno ácido ideal para la proliferación de células cancerosas. Muchos de nosotros nos embarcamos en una alimentación más saludable debido a un problema de salud. Sea pequeño o grande, esta es normalmente la señal de alarma que nos hace tomar consciencia y dar el paso.

Sé que es algo difícil de hacer, así de la noche a la mañana, todo de golpe. Algo que solo la desesperación, la esperanza, la motivación y la confianza pueden ayudarnos a que nos mantengamos firmes en nuestro propósito.

Sé que si mantenemos la visión de nuestra mente en chiquitito sólo vemos puertas que se nos cierran y límites que ya nunca podremos pasar. No al menos sin un más o menos presente sentimiento de culpa.

Lo sé, lo sé y soy muy consciente de ello. Por este motivo y porque tengo la total confianza en que una alimentación alta en frutas y verduras y baja en alimentos procesados hace una buena parte del trabajo para conquistar no sólo nuestra salud, si no también nuestro buen humor y nuestras ganas de cumplir nuestros sueños (porque una cosa va de la mano de la otra, verdad?) pongo todo mi empeño y mi entusiasmo, día tras día, semana tras semana en ofreceros recetas tentadoras y motivadoras a todos los que habéis decidido embarcaros en el viaje de una vida donde la comida que comemos, nos guste y nos alegre tanto que se convierta en un pasión y no en una obligación.

Esta hamburguesa de aquí, que en aspecto recuerda a las de carne es mi pequeño regalo para aquellos que en este nuevo camino echáis de menos este tipo de alimento. La verdad, en sabor no se parece para nada, de nada ¡por suerte para los que no nos gusta la carne roja! pero os aseguro que estas preciosidades de color remolacha os alegrarán la comida y os harán sentir tan tan bien después de comerlas que estoy segura de que os motivarán a seguir por este camino que habéis escogido. Ya sea estricto, flexitariano, por salud o por amor a los animales o por las simples ganas de comer un poco menos de carne y menos procesados y más vegetales.

Imagino que ya os habéis dado cuenta de que mi manera favorita de disfrutarlas es  acompañándolas entre hojas de lechuga. Porque así son, además muuucho más bonitas mucho más equilibradas. :-)

Esta es una receta es una de mis creaciones para el blog de Conasi, así que también la podéis leer allí. ;-)

HAMBURGUESA DE REMOLACHA

· Cantidad: unas 4 hamburguesas
· Tiempo: 1 hora de cocción + 30 min. elaboración
· Utensilios: robot de cocina y molinillo para harinas (opcional)

Ingredientes:

½ T – 100 g de arroz integral en seco (300 g cocinado)
100 g de remolacha cocida (mejor en casa)
75 g – ¾ T de copos de avena sin gluten
3 c de cebolla polvo
1 – 2 c de ajo polvo
1 puñado de cilantro
1/2 c de sal
3 c de lino

Preparación:

1. Muele los copos de avena y lino con el vaso seco de vitamix o la blender de Tribest. Reserva.
2. Pon 2 tazas de agua a hervir (añade si tienes unas pocas algas para alcalinizarlo, luego en la receta no se notarán), cuando hierva añade el arroz, lavado y escurrido, tapa la olla, baja el fuego y deja hirviendo a fuego suave hasta que el arroz absorba todo el agua (más o menos 50 minutos).
3. Mientras tanto hierve la remolacha con la piel hasta que quede tierna.

Una vez hecho deja enfriando ambas cosas.

4. En un robot de cocina o el vaso de la vitamix, pon el arroz, la remolacha, la avena, el ajo, la cebolla y la sal. Y tritura ligeramente. Reserva en un bol.
5. Añade el cilantro picadito. Por último el lino molido. Deja reposar unos 5 o 10 min.
6. Haz las hamburguesas con las manos ligeramente humedecidas para evitar que se pegue la masa y reboza con un poco de harina de almendra o de arroz.
7. Fríe en la sartén antiadherente con poquito aceite de oliva virgen.