Si hay algo que me gusta del verano en Menorca, son los paseos en bici, las excursiones, los baños en el mar y las salidas en busca de moras silvestres y también de higos. Este año, los paseos están resultando especialmente mágicos. Como muchos sabéis acabo de mudarme hace tan sólo tres meses a una nueva casa a otro lugar de la isla.

Y como muchos sabéis, este año he decidido vivir el verano como tal y entregarme a algo que hacía tiempo que no sucedía: vacaciones.

Así que como la casa es grande y este verano lo queríamos vivir intensamente, este año, decidimos abrir la casa a los amigos. Eso ha hecho que desde hace unas pocas semanas la casa esté rebosante de vida y vivamos en un constante entrar y salir de amigos que vienen a visitarnos.

Las cenas en el jardín a la luz de las velas, faroles y estrellas están a la orden del día. Y cómo me gusta ver como disfrutan mis amigos con mis platos, mis helados y postres y cómo me gusta ese pequeño ritual que compartimos cada mañana cuando despertamos, en el que cada uno se prepara, a medida que nos vamos levantando, su agua con limón.

Y es que no, no os vayáis a pensar que mis amigos son veganos o vegetarianos o concienciados con la comida sana y ecológica… que va, ya me gustaría, pero no es así en absoluto. Siempre fui la excepción y en mi círculo más cercano eso sigue siendo así. Eso si, me encanta comprobar como poquito a poco ellos también van haciendo sus pinitos y aprovechan la visita a casa para coger ideas. Y aquí, en estos días, les estoy mostrando las posibilidades del agua saborizada, el café de cereales, la nata sin lácteos, los helados de frutas o de cacao intenso y sin azúcares feos, los yogures sin leche de vaca, el cous cous sin cereales, la pasta de calabacín, los pasteles sin gluten y todo el repertorio de platos y postres vegetales que forma parte de mi cocina. Imagino que vosotros hacéis los mismo con vuestros allegados ¿verdad? estoy segura de que les enseñáis y sorprendéis con vuestros nuevos y suculentos descubrimientos culinarios (al menos eso es lo que me contaís y es motivo de gran alegría para mi cada vez que me lo decís).

Eso si, debo decir, que igualmente yo, motivada por las ganas de sentir la magia del verano junto a mis amigos he cometido alguna excepción en mis costumbres, encontrándome como resultado una confirmación de que esas cosas ya no son para mi, que ya no las disfruto como hacía antes de tomar conciencia y que me siento infinitamente más a gusto con las elecciones de estilo de vida y alimentación que he escogido para mi.

Como esta maravilla helada de hoy. Esto si que me hace feliz. Cocinar, compartir y comer algo así me hace sentir inmensamente bien. Cabezota con mi apuesta de mostrar al mundo que se puede disfrutar del placer de comer al tiempo que nos cuidamos a nosotros y a nuestro entorno, que podemos mimar y cuidar nuestra salud sin dejar de comer deliciosamente bien, sin lugar para sentir un ápice de culpabilidad.

Este helado precioso y delicioso que veis aquí, fue nuestro postre en una cena hace dos días. Lo soñé hace unas semanas y lo creé para el blog de Conasi. Está hecho con su heladera. Una máquina fantástica que me está alegrando muchísimo el verano, permitiéndome hacer creaciones heladas inmediatas, ligeras y cremosas como esta receta de hoy, que con la batidora o con el método me mezcla manual son bastante más engorrosas.

No me enrollo más. Aquí va la receta. Pruébala y me cuentas. :-)

HELADO DE YOGURT DE COCO Y MERMELADA DE MORAS SILVESTRES

Cantidad: una tarrina
Tiempo: 15 min + 1 hora heladera
Utensilios: batidora + heladera

Ingredientes helado:

250 g de anacardos
150 ml de leche de coco (a ser posible marca Dr.Goerg)
50 g de coco rallado
1 o 2 C de zumo de limón
400 ml de agua
2 C de aceite de coco crudo derretido suave
¼ T de agave crudo (o más endulzante al gusto)

Ingredientes mermelada:

1 T de moras frescas
2 C de aceite de coco derretido (a ser posible marca Dr.Goerg o Salud Viva)
3-4 C de sirope de coco (o agave crudo)

Nota: para obtener un resultado perfecto este verano he podido comprobar que es MUY importante conseguir una leche de coco de calidad. Yo después de probar varias marcas que tenía a mi alcance he decidido quedarme con Dr. Goerg, es una marca alemana que sólo trabaja productos derivados del coco. Sus productos, además de ser aunténticas delicatessens, son ecológicos; como empresa están comprometidos con el medioambiente y los trabajadores en los paises de origen, algo importante para mi, teniendo en cuenta que este maravilloso producto viene de lejos y además se está convirtiendo en una parte fundamental de mi cocina.

La única otra empresa que recomiendo que tiene productos de coco que también recomiendo muchísimo es Salud Viva. Allí también podéis encontrar el azúcar de coco, el aceite de coco, la manteca de coco y muchos más de los que ya os iré hablando.

Preparación:

1. Haz un batido con todos los ingredientes del helado.

2. Coloca en el contenedor de la heladera y programa el tiempo necesario según tu máquina.

3. Mientras se hace el helado prepara la mermelada. Tritura en una batidora las moras junto con el sirope de coco. Filtra esta mermelada con la ayuda de un colador para retirar las semillas.

4. Añade el aceite de coco derretido y mezcla muy bien hasta que se incorpore.
5. Una vez esté listo el helado coloca en un molde e intercala con capas pequeñas de la mermelada para hacer un efecto amarmolado.

6. Lleva a congelar un par de horas antes de servir.

Notas:

Si no tienes heladera puedes hacer el helado poniéndolo en un tupper, llevándolo al congelador y mezclando con un tenedor cada tres cuartos de hora más o menos, para romper los cristales que se vayan formando.

Otra cosa que puedes hacer es hacer cubitos de hielo del batido del helado y congelándolos y luego triturarlos con una batidora bien potente hasta que se haga una crema helada. Luego continúas igual que a partir del paso 5.