Esta semana decidí ir publicando de una en una las recetas necesarias para poder elaborar una pizza crudivegana. Primero publiqué la base y después el queso.

Decidí hacerlo así porque si no la receta era demasiado complicada y porque en realidad ambas recetas previas ya merecían un post por si solas, ya que tanto el queso como la base se pueden utilizar para cualquier otra cosa que se te ocurra.

Cierto es, que cuando los que practicamos la alimentación cruda deseamos disfrutar de un plato un poco gourmet (o mas parecido a lo que comíamos antes) normalmente eso nos llama a tener cierta previsión. ¡Y te pido que no confundir previsión con trabajo!

Realmente, normalmente es mucho mas, el tiempo de remojo, de fermentación, deshidratación o germinado que realmente el tiempo que debes de pasar en la cocina elaborando.

La alimentación crudivegana te pide un poquito de cariño, de atención y de paciencia, ¡eso es todo! aunque si, es cierto que estas 3 cosas suelen ser una arte olvidado en la cocina, en un mundo en el que todos vamos a tope, las horas pasan volando y parece que los días se nos escurren entre los dedos sin poder evitarlo.

La tendencia es a recortar en prioridades y si nos venden productos ya cocinados, envasados, preparados para su consumo prácticamente inmediato (ensaladas ya cortadas y embolsadas, cereales precocinados, hamburguesas vegetales listas para pasar por la sartén, pizzas bio… etc) fíjate que el ejemplo he decidido ponerlo con ingredientes saludables, incluso los que que tenemos cierta conciencia en que nuestro alimento crea nuestra salud, tenemos un sinfín de productos «on the go» para consumir al instante, convencidos de que nos cuidamos con ello.

Pero déjame que te diga, que eso no es mas que otro engaño, quizás sin malas intenciones, de una industria que evidentemente siempre tiene que vendernos algo. Cuanto mas mejor.

Un alimento envasado no tiene NADA que ver con un alimento fresco que uno elabora y prepara en casa. Los cereales y los aceites se enrancian en contacto con el aire, los vegetales y frutas cortadas comienzan a oxidarse y todo ello genera radicales libres (causa de nuestro envejecimiento celular) al entrar en nuestro organismo.

Yo soy una apasionada de la alimentación cruda porque en ella he descubierto el arte de amar el alimento, de mimarlo y cuidarlo al máximo para sacar el máximo provecho de él. Por eso mismo se activan los frutos secos, se deshidrata por debajo de los 42  grados.. todo ello con el fin de preservar o incluso potenciar las cualidades de nuestro preciado alimento, aquel que construye y mantiene nuestra salud. (además de otras cosas igual de importantes como son el tiempo libre, el ejercicio, el aire, la paz mental..)

Digo esto porque si, es cierto que a priori nos puede resultar un mundo tantas cosas por hacer, tan solo por disfrutar de un plato que reconozcámoslo, ¡te comerás en menos de 20 minutos! si.. puede parecer demasiado, pero yo encuentro placer en ello, porque cuando al fin me siento a degustarlo, se que ese alimento es reconocido y bendecido por cada una de las células que forman el sagrado y único cuerpo que me ha sido otorgado en esta vida.

Si no lo has hecho todavía, intenta hacer la prueba, desplaza por una semana todo tipo de alimentos envasados que suelas consumir, trata de priorizar en las frutas y verduras crudas, toma mucha fruta y verdura, hazte zumos y batidos, ensaladas bien grandes y coloristas, activa tus semillas, consume germinados y toma leche vegetal hecha por ti en casa, consume cereales integrales, verduras al vapor y legumbres (no de bote) si tienes ganas de alimento cocinado. Ahora en primavera, que los días son mas cálidos, el momento es ideal para probarlo. Respira, haz un poco de estiramientos, o de yoga, o sal a caminar, en bici o a correr. ¡1 semana! y observa como te sientes… es muy probable que tu nivel de energía esté mucho mas alto y tu  y estado de ánimo y confianza se incrementen considerablemente.

Bueno, otra vez me he ido por las ramas, todo para presentar una simple pizza.. bueno, no una pizza cualquiera. Una pizza cargada de nutrientes, enzimas, vitaminas, ácidos grasos, una pizza que te suma salud y no te la resta.

Una pizza para compartir, eso si, no seas glotón/a y trates de comértela solo, comprobado, ¡no es posible! pues es cierto que aunque sea crudivegana, ligera, precisamente ligera, no es! :-)

 

PIZZA ESENIA

• Tiempo: varias horas el pan, el queso. Montaje: 10 min

• Cantidad: 2 personas

• Utensilios Necesarios: batidora + robot de cocina + deshidratadora

Ingredientes salsa tomate:

2 tomates pequeños
1 trozo de pimiento rojo
4 hojas grandes albahaca
5 tomates secos enteros rehidratados en agua (sin sal)
1 c aceite oliva de 1ª presión en frío
sal

Ingredientes topping:

Rúcula
Olivas negras (tipo Aragón)

+ 1 Base de pan esenio con verduras (receta aquí)

+ Queso de macadamias y olivas negras (receta aquí)

Procedimiento:

1. Deja los tomates secos en agua tantas horas como puedas (idealmente toda la noche, para que se hidraten bien). Yo los compro ecológicos y sin sal. Fíjate que los tuyos no sean demasiado salados, de ser así, tras remojarlos, lávalos bajo el grifo para retirar toda la sal que puedas (suelen venir muy salados!). Escúrrelos bien, apretando entre los dedos, para retirar el exceso de líquido.

2. Pon todos los ingredientes de la salsa en una batidora pequeña (si usas una batidora grande te recomiendo doblar la cantidad de ingredientes o triturará con dificultad). Tritura hasta obtener una salsa. (ha de quedar espesa, si te queda muy líquida, cuela con un colador).

3. Extiende la salsa sobre la torta de pan esenio. Coloca encima la rúcula, una olivas y el “queso de macadamias”, añade un chorrito minúsculo de aceite… ¡ya la tienes lista para disfrutar!.