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Ese momento en el que te sientas a escribir y no sabes que decir. Me está sucediendo precisamente ahora. Y es que hablarte de algo tan simple como mi nueva receta, que no es más que una sencilla crema de calabaza y especias, de repente, con todo lo que estoy viviendo a nivel emocional en estos días de cambios profundos, se me hace muy extraño.

Y es que no todos los días una decide desmontar todo lo construido en los últimos años, para volver a empezar.

Hoy es domingo. Hoy hace exactamente 7 días que regresé a la ciudad. Y la pregunta que todo el mundo me hace es ¿porqué has dejado la isla?¿con lo bien que se vive allí? Una pregunta que no tiene malas intenciones, pero que no es una pregunta sencilla de responder en un momento en el que hay que echarle freno a una mente puñetera que se empeña en hacerme recordar, idealizar y añorar aquello que fué.

Es cierto que me despierto por las mañanas y ya no escucho los pájaros, es cierto que mi casa ya no es mi casa, ni mi cocina y tampoco tengo jardín. Mi pareja está en otro lugar y mis gatos han sido felizmente adoptados temporalmente. Es cierto que esto, comparado a mi paraiso Menorquín me parece un caos… todo está lleno de gente, tiendas, coches ruido, asfalto… es fácil que la mente me quiera traicionar y juegue conmigo. Es cierto que me encuentro en un estado en el que sólo necesito una pequeña chispa para que las emociones afloren y me hagan estremecer.

Pero oye, ¡sólo han pasado 7 días!! ¿cómo no voy a sentirme así? De hecho, yo ya sabía que todo esto iba a venir. Ya hice un pacto conmigo. Pues conozco los juegos mentales. Así que cuando todo eso sucede sólo tengo que recordar:

1. No me está sucediendo nada que no haya escogido conscientemente, yo.
2. Si lo he escogido, es porque tenía buenos motivos para hacerlo.
3. Recordar que la mente siempre tiende a idealizar. Y que es muy exagerada con todo.
4. Recordar que ilusiones, añoranzas, objetivos y nuevas conquistas me ha traído hasta aquí.
5. Recordar que nada es eterno, que todo se mueve y no he perdido nada, sólo estoy dando espacio para que otras cosas maravillosas puedan suceder.

Y así, paso esos pequeños baches de melancolía, mensajes traicioneros de una mente a la que le gusta jugar conmigo.

Y entonces respiro, me centro (voy a mi centro) y visualizo y agradezco las cosas que me hacen feliz:

– Ya tengo una nueva escuela de yoga y me encanta. Tanto que me acuesto con ganas de volverme a levantar para ir a practicar.

– Ya estoy en pleno proceso creativo de las ilusiones que me han traído aquí. Y cuanto más me sumerjo en su creación, más confiada estoy en que es lo que tenía que hacer. Puedo sentirlo como un gusanillo en el estómago que me indica que estoy haciendo algo que es importante.

– Esta ciudad está muy viva, es increíble poder hacer tantas cosas, visitar tantos lugares, pasear, acceder a tantos productos ecologicos, o icluso ir al cine. Cómo echaba de menos el cine.

– Ya estoy cerca de mis amigas, aquellas a las que tanto he echado de menos. Y encima he podido vivir un momento mágico, fruto de la ¿casualidad? (no, ¡eso no existe!) eso es que tenía que ser.

Y es que el otro día mi amiga Marta se puso de parto 10 minutos antes de nuestra cita en su casa. Yo que iba a prepararle un matcha latté y viví uno de los momentos más mágicos que una persona puede vivir.

La verdad, yo no se nada de partos, pues no he sido mamá, así que poco le pude hacer, más que acompañarla y ayudarla en todo lo que iba sucediendo. Y en todo ese caos y la belleza de sus contracciones yo no podía más que agradecer a la vida por darme la oportunidad de estar allí.

Fue brutal. Animal. La esencia de la vida. La vida misma. Belleza cruda y en estado puro. En esos momentos pude sentir el poder de la feminidad. La fuerza natural de la mujer. En ese estado de éxtasis, sólo de admirarla a ella, viajé hasta otros lugares, me adentré en tribus, y épocas lejanas, nos vi a todas hermanas, nos vi poderosas. Y es que lo somos. Tenemos el don de dar vida.

Luego ella fue al hospital, con Juliette, nuestra amiga, su doula, así que yo me quedé en la casa poniendo orden y la fui a ver al día siguiente.

Y precisamente le llevé esta cremita, en un tupper de cristal. Porque esto si, reconozco que se me da bien, dar amor a través de la comida.

Esta vez en forma de crema de calabaza, puerro y lentejas rojas. Con muchas especias.

Una crema que es deliciosa, dulce y sencilla como un abrazo, como un mimo, como una caricia.

Una crema de esas que te acogen y de dicen te quiero. Una crema que te hace inmediatamente feliz. Y que te recuerda cuando la comes, que la felicidad está disponible para ti en cada rincón de este universo, en cada pequeño momento y que tu escoges: Puedes entregarte a ella, a la sencillez de su belleza o encerrarte y adentrarte en los oscuros caminos de una mente que por norma es caprichosa y sólo quiere jugar contigo proyectado cosas que muchas veces, ni siquiera existen.

Quería escribir sobre la crema, los garbanzos horneados, los fideos soba… pero es evidente que me he ido por las ramas… que más da. Resumiré mi mensaje:

Hazla, haz esta sopa, yo te prometo que si le entregas un rato de tu tiempo y tu amor, ella te lo devolverá.

Y recuerda, que si quieres más sopas deliciosas, vegetales, mimosas y sencillas como esta, las puedes encontrar en mi ebook de sopas preferidas de invierno.

Por cierto, la crema está deliciosa en si misma, pero para una comida más completa y especial, no dudes en añadirle los croutons de garbanzos y los fideos, o si no tienes fideos, con un poco de quinoa también te encantará.

CREMA DE OTOÑO CON CRUOTONS DE GARBANZO Y FIDEOS SOBA

Cantidad:  3 – 4 personas
Preparación: 20 minutos
Cocción: 15 min
Utensilios: —
Conservación: crema, 5 días en nevera. Los garbanzos aguantan varias semanas en la nevera.

Ingredientes crema

600 g de calabaza
1/2 T de lentejas rojas (peladas)
1 puerro
1 cebolla pequeña
3 dientes de ajo
un trozo de cúrcuma fresca
un trozo de jengibre fresco
agua para cubrir las verduras
1 vaina de lemon grass (si se encuentra)
1 c de semillas de cilantro molidas
½ c de comino
¼ c de nuez moscada
½ c de curri
1/8 c de pimienta recién molida
1 C de aceite de coco
sal al gusto

Ingredientes croutons de garbanzos

400 g de garbanzos cocidos
2 C de ajo seco en polvo
1 c de sal
¼ c de pimienta

Extra

fideos soba de trigo sarraceno
un poco de leche de coco

Preparación

Precalienta el horno a 200 °C

1. Pela y trocea la calabaza, la cebolla y los puerros. Pela y pica los ajos, el jengibre y la cúrcuma fresca. Si tienes vaina de lemon grass pártela en dos a lo ancho y largo.

2. Pon los puerros, la cebolla, los ajos, el jengibre, el lemon grass y la cúrcuma, junto con las especias y la sal en una olla, con el aceite de coco y blanquea. Si ves que se va a quemar, añade un poquito de agua.

3. Luego añade la calabaza y las lentejas lavadas y cúbrelas con agua. Tapa la olla y lleva a hervir. Cuando hierva, baja un poco el fuego y cocina unos 15 o 20 minutos, hasta que se reblandezcan las verduras. Prueba de sal y ajusta.

4. Prepara una bandeja de horno protegida con papel de hornear y pon los garbanzos y el resto de los ingredientes. Mezcla bien con la mano. Extiende bien sobre la bandeja.

5. Hornea al grill unos 15 – 10 minutos o hasta que estén dorados y secos. Reserva.

6. Mientras tanto lleva un cazo con agua a hervir. Añade un puñado de fideos soba, sal y deja cocinando según las indicaciones de paquete, cuando estén tiernos, pásalos primero por agua fría (para evitar que se peguen).

7. Tritura la crema con la ayuda de un tenedor. Mezcla bien, apaga el fuego y añade los soba.

8. Sirve con los garbanzos por encima, si quieres, también un poco de eneldo fresco u otra hierba aromática. Decora con un poco de leche de coco.

Esta foto me la hice en el taxi, cuando le llevaba a mi amiga la sopa al hospital :)

crema-taxi

Si te gusta la sopa ya sabes que puedes encontrar más como esta en mi ebook de sopas preferidas de invierno.

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35 comentarios en “Crema de otoño con croutons de garbanzo y fideos soba

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  1. Hola Elka, no soy muy de escribir en las entradas de los Blogs, pero solo quería decirte que tu coherencia interna se contagia, no entraré en debate de si lo que haces es «bueno» «malo» desde una perspectiva mental, pero me has enseñado que se puede vivir desde la coherencia interna y eso es lo que refleja este blog lleno de palabras que podían ser solo eso, pero nacen del corazón y eso hace que los «otros» que son uno mismo nos reencontremos, es increible como la energía creativa encuentra canales como «un blog sobre alimentación» para expresarse y así poder ver un freflejo fiel de quién somos en realidad. Por tanto gracias por ser tu TÚ más profundo. Abrazos

    1. David, gracias enormes por pararte a escribirme, por dedicarme tu tiempo y compartir tus pensamientos. Gracias por las palabras bonitas que me dedicas. Ni te imaginas cómo me alegras y es más, ahora que llevo varias semanas sin pararme a escribir, has hecho que quiera encontrar el tiempo de sentarme de nuevo, así que gracias, infinitas gracias! y un abarzo inmenso, elka

  2. Hola Elka, gracias por tus recetas. La crema de otoño deliciosa! Me han regalado calabazas tipo cidra y quería preguntarte si se pueden utilzar en alguna receta saludable. Un abrazo Montse

    1. Hola Montse! que bien que te haya gustado :) las calabazas cidra no las he cocinado nunca, así que no sabría decirte, un abrazo! elka