Lalakitchen Tabouleh Crudivegano

Hace días que este plato me venía rondando por la cabeza.. con lo que me gusta la comida árabe y las ganas que tenía de probar a hacer un tabouleh crudivegano… La gran pregunta era ¿cómo imitar la sémola de trigo sin hacer uso de la coliflor? puesto que a pesar de que se que ésta se utiliza en muchas recetas a modo de cereal, bien picadita, personalmente, la coliflor cruda no me convence en absoluto. (¿queréis saber la verdad? la coliflor ¡dámela cocida por favor! :-) … cremosa, tierna y sin ese regustillo amargo, entonces si que si. ÑAM.)

Entonces… ¿Cual es en realidad el ingrediente estrella de todas las pastas crudiveganas? el calabacín, sin duda: tierno, agradable, de sabor neutro, fácil de masticar y digerir, adaptable, ligero, fresco y además de plena temporada en verano. De hecho se digiere muy fácil ya que aunque no lo parezca, éste forma parte de la familia de las frutas.

Así que ¿porqué no utilizarlo también como cereal para esta receta? tan sólo necesitaba encontrar la manera de trabajarlo. Y se me ocurrió esta. Sin más secretos.

Un plato bien sencillo la verdad, tan sólo necesitas desear saborearlo para encontrar el empuje que te lleve «invertir» una pizquita de tu tiempo en trabajar el corte del calabacín (eh! no hagas muecas… ¡¡no son más de 5 minutos por pieza!!).

Este plato es lo suficientemente aromático como para no necesitar ni sal ni aceite. Te invito a que lo pruebes tal cual, ahora, si deseas añadirle un poco hazlo, ¡con conciencia! piensa que dos cucharadas de aceite de oliva son todo lo que tu cuerpo requiere de grasa al día. Más es totalmente innecesario y resulta congestionante. Y respecto a la sal, lo mismo, observa qué cantidad de sal tomas diariamente; tan sólo te sugiero que ajustes, que observes, para evitar excesos innecesarios. Nuestras papilas gustativas se adaptan perfectamente a los cambios, poco a poco… cómo todo en la vida, pero sucede… esto es como con el azúcar, cuando aprendes y practicas el endulzar tus postres ligeramente o con dulces naturales, luego cualquier tarta, postre o incluso zumo de frutas te parece una bomba de azúcar (esto me pasó recientemente con una zumo bio de manzana que pedí en un bar… tras el primer trago me tuve que pedir un botellín de agua para rebajar, pues no había manera de tomárselo).

Además como verás he acompañado el tabouléh con olivas negras del tipo «aragón», que personalmente me pirran. Éstas suelen traer la sal de serie y son además «aceite de oliva» en estado primigenio (tan sólo asegúrate de comprarlas de calidad, fíjate, porque a veces llevan una cantidad de conservantes que tiran para atrás a cualquiera. Yo he aprendido que es mejor de bote que de granel).

Como último comentario al respecto de la receta, decirte que quizás has observado que huyo de contarte las valiosas propiedades nutricionales que albergan los platos que cocino. No se tu, pero yo tengo la cabeza mareada de tanto leer propiedades por aquí y propiedades por allá, corrígeme si me equivoco, pero he llegado a la conclusión de que no es necesaria tantísima información, todos los vegetales, todos los alimentos nobles nos depuran, nos aportan un sinfín de nutrientes y vitaminas, nos mantienen saludables. La única premisa a seguir, desde mi humilde opinión es la variedad, día tras día. Si nos aseguramos una dieta variada en frutas, verduras, hojas, semillas y demás podemos respirar tranquilos, sabiendo que estamos cubiertos.

Prefiero que observes tu los ingredientes; que valores su frescura, su procedencia, que recapacites en que en cómo han sido crecidos éstos vegetales, si lo han hecho en tierras respetadas, si han sido bañados por el sol, si los han acariciado viento y lluvia, si han visto días y noches, si acaban de ser recolectados, si para llegar hasta tu plato no han sufrido cocción. Dime sinceramente, ¿necesitas más explicación? Yo no. Se que es alimento bendito para mi cuerpo, y tan sólo deseo agradecer.

TABBOULÉ CRUDIVEGANO

  • Cantidad: 1-2 personas
  • Tiempo: 20 min
  • Utensilios necesarios: pelador de juliana (o mandolina) + batidora

 

Ingredientes:

1 calabacín grande
1 T de tomatitos cherry
Un trozo de hinojo
¼ de pimiento rojo
1 puñadito de menta
1 puñadito de perejil
1c de zumo de limón
1/3 T de olivas negras tipo “Aragón”

Para la salsa:

2 tomates
½ pimiento
2 tomates secos sin sal rehidratados
1 trozo de tallo de puerro (opcional)

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Procedimiento:

1. Ayudándote de un pelador de juliana o una mandolina haz fideos de calabacín.

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2. Cuando los tengas todos, divídelos en grupos no demasiado grandes (para que puedas amontonarlos y sujetarlos bien con los dedos) y con la ayuda de la parte ancha un cuchillo grande y afilado haz cortes chiquititos imitando la sémola de trigo del tabouleh tradicional. Añade el zumo de limón, mezcla y reserva.

3. Corta en trocitos chiquititos el resto de ingredientes, incluyendo las olivas.

4. Y pica fino la menta y el perejil. Añade todo y mezcla bien.

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5. Para la salsa simplemente pon todos los ingredientes dentro de la batidora y tritura.

6. ¡IMPORTANTE! Para conseguir un plato bien jugoso y maximizar el placer: ¡servir con MUCHA salsa!

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22 comentarios en “Tabouleh Crudivegano

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  1. hola elka,,que agradable sentarme frente a mi mpc.y abrir tu blog,que recetas,dios gracias,me da alegria leer y leer.aprender de pronto encuentro ingredientes ,que no consigo,pero todo esto es maravilloso,gracias por tu amabilidad de compartir y de enseñar a vivir sanamente.un abrazo.

  2. Wow, estoy deseando probarlo y eso que soy amante del tabuleh tradicional. La salsa le debe dar un toque especial. Y el calabacín como sustituto del cous cous, parece una idea genial. Gracias