Amigos, queridos, seguidores de mi pequeño blog. Como algunos sabéis, la semana pasada el número de likes en la página de facebook alcanzó una cifra que me impactó, digamos que bastante (¿cómo podía haber imaginado cuando hace unos meses decidí darle vida a este proyecto?) La verdad es que lo comencé sin saber realmente si había alguien a quién le podría interesar, si yo iba a «gustar» pero necesitaba hacerlo, era una necesidad que nacía dentro de mi. La necesidad de compartir lo que se, lo que mejor se me da en esta vida, el pequeño don que me ha sido otorgado, que es amar a través de mi pasión por la comida. Reconquistar el acto de comer y convertirlo en algo sagrado, delicioso, precioso y altamente saludable, mostrar a quién le apetezca ver, que hay otra manera mas allá de la que nos han enseñado. Que podemos disfrutar comiendo, mientras nos mimamos, cuidamos a nuestros iguales y respetamos a nuestro mas profundo ser.

Para mi gran sorpresa habéis ido apareciendo, aparecéis, desde todos los rincones de España y otras tierras hispano-parlantes, de todos los rangos de edad, sexo y condición. Y la verdad es que me emociono como una niña, y se me dibuja una sonrisa inmensa, cada vez que recibo un email de alguno de vosotros, agradeciendo mi trabajo y dedicación y con todas esas cosas bonitas que me decís, que tocan mi corazón y que son realmente, todas, para enmarcar.

Y como anuncié en su momento, aquí os llega, en este post, mi muestra de agradecimiento.

Ahora si que si, aquí os presento un pastel digno de cualquier celebración. La misma tarta helada con la que celebramos nuestro primer año de vida menorquina… Ajustada este fin de semana, perfeccionada, lista para que la podáis disfrutar vosotros también.

Una tarta helada realmente exquisita, para que celebréis y compartáis esas pequeñas cosas bonitas que nos suceden en la vida. Que son mágicas, aunque solo sea que hoy ha salido el sol. O que alguien nos ha regalado una sonrisa. La vida está llena de pequeños grandes regalos. Basta con abrirse para recibirlos. Yo lo vivo así, cada pequeño gesto, cada momento vivido, todo forma parte de la magia que es vivir.

Una tarta totalmente irresistible, delicada, fresca y cremosa de esas que gustan a todos y que sorprenden a los mas escépticos. ¿cómo? ¿No lleva huevo, crema de leche ni azúcar? Alucinan cuando niegas con la cabeza, mientras a ti se te queda una sonrisilla interna de triunfante vencedor.  Si, definitivamente, este es uno de esos postres con los que de poquito a poco podemos conquistar los paladares y corazones de aquellos que todavía piensan que no hay vida mas allá de los postres y comida convencionales.

La base de la tarta, la le he hecho totalmente libre de gluten, pero si lo deseas, puedes sustituir el trigo sarraceno y las almendras por avena o cualquier otro fruto seco que se te antoje. Lo mismo los dátiles, si no tienes, prueba a hacerla con pasas, higos u orejones. Verás que te quedará rica igual.

Una cosa mas, para hacer tarta de la foto he duplicado las cantidades. Pero si no tienes que compartirla, con hacer la misma cantidad que indico en la receta, te bastará.

 

TARTA IRRESISTIBLE DE HELADO DE FRESA Y PLÁTANO

Cantidad: 4 personas
Tiempo: 2h remojo + 45 min + 8h reposo
Utensilios necesarios: batidora + robot de cocina

 

Ingredientes base:

½ T harina de trigo sarraceno (mejor germinado y deshidratado)
½ T harina o pulpa de almendra (seca)
½ T dátiles tiernos (unos 12)
¼ c vainilla
1 C agua (opcional)

Ingredientes crema anacardos:

2 T anacardos remojados 2h mínimo
½ T agua (añade un poco más si ves que necesitas)
60cg aceite  de coco
1 c cáscara limón
1 C zumo limón

Ingredientes helado plátano:

3 – 4 plátanos congelados (300g sin piel)
1 c de vainilla
2 C de agave crudo
1 T + 1/3 crema de anacardos

Ingredientes helado fresa:

2/3 T crema anacardos
400 g fresas
3 C agave

Topping:

250 g fresas
2 dátiles
1-2 C agua

 

Preparación base:

1. Haz harina del trigo sarraceno (mejor ligeramente germinado y secado, como en esta receta) y de las almendras si es que no tienes harina de pulpa sobrante de hacer leche.

2. Pon ambas en el robot de cocina junto con la vainilla. Mezcla.

3. Añade los dátiles troceados. Tritura. Si no te queda suficientemente pegajoso, entonces añade el agua que necesites (normalmente te deberá de bastar con 1 o 2 cucharadas).

4. Forra la base de tu molde con un papel antiadherente y esparce bien la mezcla, presionando con los dedos. Reserva en el congelador mientras haces el resto.

Preparación crema de anacardos:

1. Lava y escurre los anacardos previamente remojados (2 horas).

2. Ponlos en la batidora junto con el agua, la cáscara de limón y el zumo. Tritura hasta obtener una crema.

3. Derrite muy suavemente el aceite de coco al baño maría (hazlo fuera del fuego sobre agua que recién ha hervido). Cuando esté líquida, añade a la batidora y mezcla muy bien.

4. Retira 2/3 de la crema y resérvalos.

 

Preparación helado plátano:

1. Añade al vaso de la batidora (que tiene la mayor parte de la crema de anacardos) los plátanos, la vainilla y el agave y tritura hasta obtener una crema fría deliciosa que si pruebas, te lo prometo, no podrás dejar de comer. ¡! Reserva (aunque sea un poco!) ;-)

 

Preparación helado fresa:

1. Sin necesidad de limpiar la batidora, introduce los 2/3 de crema de anacardos, las fresas (pueden ser también congeladas) y el agave. Tritura hasta obtener una crema y retira de la batidora.

¡Ya lo tienes todo listo!

Montaje:

1. Coloca una buena capa de helado de plátano primero y luego alterna las capas a tu gusto. Piensa que el helado de fresa es menos cremoso, así que es mejor no hacer capas gruesas.

2. Si quieres puedes ayudarte de un palillo para mezclar ligeramente y conseguir un efecto amarmolado.

3. Cuando finalices, ponlo en el congelador una 1 hora más o menos, para que empiece a congelarse y puedas añadir las fresas decorativas.

4. Una vez hayas añadido el topping de las fresas, vuelve a congelar hasta que vayas a consumirlo. Añade la mermelada en este momento.

Saca la tarta del congelador unos 20 minutos antes de que la vayáis a comer.

Decoración:

1. Lava y quita el rabito parte de las fresas (unos 100g).

2. Haz una mermelada triturando el resto de las fresas junto con los 2 dátiles y el agua.

3. Cuando la tarta haya espesado lo justo ya puedes decorar con las fresas como prefieras (fileteadas, enteras o como gustes)

* Nota: Enteras quedan espectaculares, pero en realidad, a la hora de comerse la tarta es mejor que salgan fileteadas que enteras del congelador, ya que tardan bastante en descongelarse y por experiencia comprobada, te aseguro que todos intentarán comerse las fresas congeladas con la consiguiente frustración!!

4. La mermelada hazla en el último momento, cuando vayas a servir la tarta, espárcela por encima a tu antojo.

Otra versión de la misma tarta: