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Si eres habitual de mis redes sociales ya sabrás que hace una semana, cuando estaba a punto de salir de viaje a La Coruña, subí una fotos de unos trufones de chocolate prometiendo muy pronto la receta. Ayer hice lo mismo, mientras esperaba a que mi taller en una escuela de Menorca comenzase, subí una foto en la que comentaba que hoy os daba la receta de esos bolones ¡ARG! ¡Esos impulsos en las redes! Hacen que aquí me tengáis hoy, a las 6:15 de la mañana comenzando a escribir este post para vosotras, cosa que no estaba realmente en mis planes para este fin de semana, ¡pero no lo puedo evitar!
Me gusta cumplir mi palabra y me gusta hacerlo lo mejor que se… no os creáis que victimizo la hora intempestiva de mi madrugón, que va, en absoluto, nada más lejos de la realidad, lo que sucede es que ayer caí literalmente KO tras el taller. A las 22:30 ya estaba totalmente frita en el sofá y a las 22:45 mi amado chico me llevó hasta la cama, menos mal porque si es por mi ni me levanto ¡K.O TOTAL!. Así que con todo esto, hoy me ha dado por madrugar y estas estoy, preparando el post y las trufas para cumplir con mi palabra :-)

Y es que la receta y la ocasión lo merecen, ¡tenemos fin de semana largo! y esta maravilla es perfecta para hacer en familia y compartir, por estas tierras es tiempo de castañadas, así que yo me las llevaré el domingo a una que me han invitado :-)

La verdad que es una receta súuuuuuper fácil, y como además todos los ingredientes son muy sencillitos, esta receta se la quiero dedicar especialmente a mi amiga Carmen, del blog Dieta sana y ejercicio, para que ver si sus seguidoras se animan a hacerla ;-)
Para las que no conocéis su web, tenéis que visitarla ya mismo, pues se trata de un proyecto súper motivador del que me declaro fan absoluta, allí encontraréis varios retos súper divertidos y motivadores, muchos artículos de interés y una comunidad entusiasta de mujeres que os apoyarán y motivarán a perseguir vuestros objetivos.

¿Qué? ¿vamos a por la receta de hoy? ¿Y que tienen estos trufones que los hacen taaan especiales? Pues para mi mucho:

– Son un capricho totalmente inocuo y absolutamente delicioso, perfecto para sucumbir ;-)

– Sin ingredientes “raros” o difíciles de conseguir

– Son increíblemente fáciles de hacer

– Y además te cuidan, porque todos sus ingredientes tienen una alta carga nutricional, para alegría de tu aparato digestivo y de tus células no hay ni uno sólo que sea una caloría vacía.

En estas trufas todo es alimento, no hay nada que se pueda convertir en desperdicio. Oh, si! Porque ¿sabías que los ingredientes que nuestras células NO reconocen como alimento tienden a acumularse en nuestros órganos y tejidos causando poquito a poco congestión y luego enfermedad? Lo que pasa es que normalmente no nos damos cuenta hasta que ya es tarde, pues esto sucede muy poquito a poco, a lo largo de muchos años. Nuestro cuerpo es muy sabio y un grandísimo superviviente, hará lo que sea con tal de seguir funcionando con toda la normalidad, así que va gestionando como puede con aquellas sustancias que no comprende, las almacena, ya sea en forma de grasa, en nuestras células o en nuestras pareces intestinales, en lugares que no causen molestias para el funcionamiento. ¡Pero claro! El problema llega cuando no le hemos dado descanso o cuando de forma constante y continua le hemos dado “alimentos” vacíos. Un día eso puede traducirse en enfermedad, por eso es taaan importante que escojamos ingredientes naturales, sin aditivos, sin refinados, para que no haya desperdicios nocivos. En realidad esto es muy fácil de hacer, sólo hay tres reglas básicas que debemos tener en cuenta:

1.) Comprar ingredientes naturales, integrales, sin refinar, sin empaquetar (frutas, verduras, cereales…). Y huir de todos los alimentos industrializados, pasteurizados, cargados de conservantes, estabilizantes, e ingredientes artificiales, así como demás productos procedentes de animales que han sido adulterados.

2.) Dar el tiempo suficiente a la digestión para que el aparato digestivo pueda gestionar los alimentos que le hemos dado, antes de que llegue la siguiente remesa de comida.

3.) Comer sólo aquello que podemos quemar, es decir, las calorías acordes con nuestro desgaste energético. Lo que se traduce en no comer estas bolas, por muy naturales que sean, minutos antes de ir a dormir ;-)

Así que con todo esto dicho, mira ahora el listado de ingredientes y dime que ves:
Sólo ingredientes vegetales, naturales y sin refinar ¿a que si?

El boniato es la base de nuestros bolones, gracias a este maravilloso tubérculo obtenemos una base densa, dulce y cremosa, además los boniatos son un alimento perfecto, muy fácil de digerir y si es anaranjado además es rico en betacarotenos, cosa que no sólo tu piel y tu vista van a gradecer, si no también son potentes sustancias anticancerígenas.

La avena es un cereal muy nutritivo, relajante y rico en vitaminas del grupo B, además a diferencia del trigo, ésta tiene muy poquito gluten, siendo a veces tolerado incluso por personas con problemas de celiaquía (esto lo explico mejor al final de esta receta) si quieres comprar una avena certificada libre de gluten (exenta de contaminación cruzada) puedes hacerlo online en Conasi.

El cacao, ¡ay! ¡Este alimento de dioses! El cacao es muy rico antioxidante, es muy beneficioso para la salud, eso si, tomado siempre en mesura y como capricho, como hoy ;-) si me permites un súper consejo: cómpralo crudo, una vez lo pruebes, ya no podrás volver a comprar otro que no lo sea, el aroma es inigualable, ni el cacao más puro y más supuestamente gourmet que te puedan vender es comparable a un cacao crudo, además, al ser crudo (y en recetas como esta que no lo calentamos) éste es un alimento rico en enzimas, así que es de muy fácil asimilación y tiene un valor nutritivo muy superior a cualquier cacao puro NO crudo.

Las nueces, uno de mis frutos secos favoritos y más utilizados, ¿porqué? Porque son ricas en ácido grasos omega 3, que es precisamente del que solemos tener carencias y es importante tenerlo en mente, para buscar un equilibrio, otros alimentos vegetales que lo contienen son el lino, las semillas chía y las semillas de cáñamo. Si llevamos una dieta alta en procesados o no comemos pescado ni huevos, debemos de saber que es importante que busquemos el equilibrio.

Los dátiles, mis queridos dátiles, uno de mis azúcares favoritos, ¿porqué? Porque es el único 100% natural, libre de procesos, el único que nos comemos tal cual o que manipulamos en casa para hacer caramelo, mira tienes aquí la receta. Además es muy rico en minerales, especialmente en hierro y magnesio. Eso si, es muy energético y tiene un índice glucémico alto, así que hay que consumirlo con moderación ¿hecho?.

La vainilla y la canela: son especias deliciosas y la canela además ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, cosa que es bueno tener en cuenta siempre, a la hora de hacer nuestros batidos o postres.

La sal, una pequeña anotación de la sal: hazme un favor muy grande, ve a tu cocina ahora y fíjate que sal utilizas, ¿tiene conservantes, antiaglomerantes? En caso afirmativo, mejor tírala, piensa que la sal está presente en casi todos tus platos, así que si tienes una sal con conservantes significa que estás añadiendo un ingrediente químico a cada una de tus preparaciones. Y como te comentado antes, nuestro cuerpo no entiende de ingredientes artificiales, así que busca una sal marina sin conservantes, la tienen en muchos supermercados, sólo hay que fijarse, ni no la encuentras en un supermercado ve a otro, su precio es el mismo. Y si quieres ir un paso más allá, te recomiendo mucho que la sustituyas por una sal de himalaya ya que es una sal antigua, sin polución y muy rica en minerales y es más fácil de absorción.

Una última anotación antes de comenzar, como verás en la foto, mis boniatos son los típicos menorquines, éstos son blancos, no tienen betacarotenos y además son bastante menos dulces que los naranjas comunes. Así que si tus boniatos son naranjas mejor ve poco a poco con los dátiles, ya que es muy probable que necesites menos, empieza por unos 10 y añade más según te pida tu paladar.
Ahora si ¡Let’s go!

 

TRUFAS DE CHOCOLATE Y BONIATO

Cantidad: unas 20 trufas
Tiempo: 45 min
Utensilios: robot de cocina o similar

Ingredientes:

500 g de boniato cocinado al horno o al vapor (unos 550 g pelado, antes de cocinar)
1 T – 100 g de copos de avena s/g molida o harina de avena
¾ T – 60 g de cacao crudo
¾ T – 100 g de nueces o avellanas (con avellanas recuerda más a una nutella)
30 dátiles Deglet Nour o 10-12 Medjool (ver nota más abajo)
1 c de vainilla en polvo
½ c de canela
una pizca de sal marina (¡sin aditivos!)

• Si no tienes harina de avena o no prefieres no utilizarla, y no vas a hornear las trufas, lo mejor es que la sustituyas por más nueces u otro fruto seco. Si las vas a hornear puedes utilizar la harina que quieras, arroz o trigo sarraceno está bien. También puedes utilizar la pulpa sobrante de hacer leche de almendras.

· Acerca de la cantidad de dátiles: para esta receta he utilizado boniato blanco, que es el original de Menorca y es menos dulce que el naranja. Si utiliazas el boniato naranja, empieza utilizando menos dátiles, pruébalo y si el paladar te pide más, ¡añade!.

Preparación:

1. Cocina los boniatos al vapor durante 20 minutos o hasta que estén blanditos. También los puedes hervir con la piel o cocinar al horno, esto es indiferente, mientras queden bien blanditos.

2. Tuesta ligeramente las nueces o las avellanas en el horno unos 5-10 minutos a 180 °C, ¡sobretodo que no se tuesten de más! ¡Tiene que ser lo justo para que desprendan el aroma! De esta manera además de potenciar su aroma, ayudamos a retirar antinutrientes que inhiben la absorción de minerales como el calcio y el hierro.

3. Pon todos los ingredientes secos en el robot de cocina y tritura hasta que queden finos.

4. Añade los dátiles lavados y deshuesados y el boniato. Tritura hasta que se forme una pasta que sea pegajosa y moldeable. Retira del robot y pon en un bol o en un plato. ¡Recuerda lo que he comentado en el texto previo, si utilizas boniato naranja es MUY PROBABLE que necesites muchos menos dátiles de los que indico en la receta. ¡Así que empieza por 10 unidades y ajusta según creas! La masa debe de ser pegajosa pero fácil de trabajar, si es demasiado pegajosa puedes añadir un poco más de avena u otra opción es enharinarte las manos con cacao antes de formar las bolas.

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5. Ahora ya puedes ir formando las trufas. Repite hasta terminar toda la masa. Cubre bien con cacao para que no se peguen o como alternativa, con coco rallado también estará perfecto. Si te decides por hornearlas no es necesario que las recubras con cacao.
Con la harina de avena también puedes ajustar la consistencia de estos bolones, a menos harina más blanditos. Si están demasiado blandos, puedes añadir más avena.
Como alternativa los puedes hornear y tener unas bolas similares a un brownie. En ese caso precalienta el horno a 180 °C , coloca las bolas sobre papel de hornear y hornea unos 15 minutos. ¡Ya verás que deliciosos!

Estos bolones aguantan unos aguantan una semana en la nevera… ¡si es que llegan! ;-)

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37 comentarios en “Trufas de boniato y chocolate sorprendentes, rápidas y exquisitas

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  1. Las hice el año pasado para Navidad y…este año repito! No tienen nada que envidiar a las trufas tradicionales…En mi casa triunfaron! Saludos!!

  2. Acabo de hacer las trufas y están riquísimas. Enhorabuena por la receta. Me han salido un montón y vivo sola, así que la pregunta es: ¿se pueden congelar o no es conveniente? Gracias